¿Soñoliento?
Tómese una taza
La historia del Café La Llave comenzó hace más de un siglo, cuando los hermanos José María y Ramón Gaviña llegaron al Nuevo Mundo con el sueño de una vida mejor. Así, comenzaron en las Lomas de Trinidad, Cuba, donde cultivaron algunos de los mejores cafés del mundo. El resto, como ellos decían, es historia.
Al principio, los hermanos Gaviña solo cultivaban café, pero después comenzaron a tostarlo en su propia finca, Hacienda Buenos Aires, ganándose el respeto y cariño de la comunidad. Aquí nació Francisco Gaviña además se criaron sus cuatro hijos, a quienes enseñó el arte del café desde el cultivo con calidad hasta el tueste perfecto.
Cuando salieron de Cuba durante la revolución, Francisco y su familia se establecieron en Los Ángeles, California, donde volvieron al negocio del café a partir de 1967, cumpliendo el sueño de brindar un auténtico sabor casero a todos los Latinos.
Se necesita más que pasión para crear un auténtico cafecito. Se requiere dedicación, una rica historia y más de 143 años de experiencia en el tostado del café. Una tradición que comenzó en Cuba, el Café La Llave se tuesta especialmente para lograr el clásico sabor Latino, perfeccionado por tomadores de café Latino para deleitar el paladar Latino. Esta es una tradición familiar que usted podrá saborear.
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El café Latino más rico del mundo; un café con cuerpo, aroma y sabor. Lo mejor para las mañanas, para reponer la energía durante la tarde y como gratificación después de una comida entre amigos y familiares.
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